Esta tierra fue donada por nuestros padres: Ernesto y Juana Tirado. Éste era su sueño y deseo, construir un Tabernáculo para el único Dios vivo y verdadero, nuestro Señor Jesucristo; preparando una Novia para el rapto de la Iglesia. Ernesto Tirado era un hombre de carácter honesto, justo, amigable y alegre, él rompía hielo para comenzar una conversación con cualquiera. Le encantaba la música, su cántico favorito era: "Ha empezado a llover". Juana Tirado era una réplica de Ernesto Tirado, ella de igual carácter, imitó su fe, imitó su dulzura y delante de muchos testigos podemos decir que fue el cumplimiento de la escritura en Proverbios que dice: "¿Quién puede encontrar una mujer virtuosa?" 

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Sabemos que era el deseo de Dios a través de ellos, y hoy queremos cumplir ese sueño de construir un templo al único Dios vivo y verdadero, nuestro Señor Jesucristo. Como ya ven, el terreno está vacío, pero donde no hay nada, allí va a haber Palabra de Dios manifestada. Contamos con tu ayuda y soporte para honrar su deseo y llevar a cabo esta gran Obra Maestra Misionera, donde muchas almas serán salvas y transformadas.